Saturday 16 May 2015

El andamiaje de eTwinning

          
Uno de los principales conceptos que hay que tener claro a la hora de diseñar un proyecto es que éste tiene que ayudar a que los alumnos vayan construyendo su aprendizaje.

Para que esto sea posible es necesario ir escalonando el aprendizaje asegurándose de que se parte de aquello que los alumnos conocen y que su experiencia sirve para que vayan avanzando. Se trata de hacer uso de lo que Vigotsky denominó Zona de Desarrollo Próximo. De acuerdo con esta teoría, el alumno puede llegar a alcanzar nuevos objetivos si parte de los retos que ya ha conseguido apoyándose en el andamiaje apropiado (ver la representación de la ZDP en esta infografía).

Pero... ¿qué es el andamiaje? ¿Qué es lo que hay que hacer durante el proyecto para proporcionar esa guía que los alumnos necesitan para seguir avanzando?
  • Antes de nada, hay que dejar muy claro cuál es el objetivo del proyecto: que se sepa en todo momento en qué dirección se está trabajando.
  • Se ha de fomentar tanto el trabajo cooperativo y la reflexión como la capacidad de evaluar y aportar críticas constructivas al grupo.
    • Al agrupar a alumnos con distintas características para que investiguen juntos se consigue que puedan ayudarse unos a otros en distintas fases del proyecto. En determinados momentos todos pueden asumir un papel docente, lo que les sitúa al mando de su proceso de aprendizaje.
  • Es importante descomponer el proyecto en pequeñas tareas, que, a su vez, pueden estar integradas por diversas microtareas. El punto de partida de los alumnos será el que determiné el grado de disección del proyecto principal.
    • La creación de artefactos digitales puede resultar muy útil para que los alumnos vayan consiguiendo resolver pequeños retos, cada uno de los cuales deberá acercarles cada vez más hacia el producto final del proyecto.
  • Es necesario secuenciar el orden de las actividades
    • Resulta muy útil emplear un lenguaje que delimite claramente cuáles serán los pasos a seguir para que los alumnos puedan apoyarse en una guía clara: en primer lugar, seguidamente, después, a continuación, el siguiente paso será...
    • A medida que los alumnos van siendo más autónomos, el número de pasos se podrá ir reduciendo.
    • En este punto es necesario recordar que las pautas y secuenciación de las actividades no deben convertirse en ningún caso en una receta que coarte la creatividad de los alumnos. Hay que invitarles a dibujar sin obligarles a que pinten una flor roja (ver cuento).
  • La secuencia de actividades deberá organizarse de tal forma que las operaciones cognitivas que los alumnos tengan que llevar a cabo progresen desde las de orden inferior a aquellas de orden superiro. Se trata de ir de los "LOTS" (Lower Order Thinking Skills) a los HOTS (Higher Order Thinking Skills).
    Así, partiendo
    de una miriada de contenidos (de diversos grados de interés) se avanza hacia una selección de aquellos realmente interesantes para el propósito del proyecto (ver esquema).
    • Esta secuencia de actividades pasará, siguiendo la nueva taxonomía de Bloom, por las siguientes acciones:
      • Recordar
      • Comprender
      • Aplicar
      • Analizar
      • Evaluar
      • Crear

  • Durante el desarrollo de las diversas tareas, hay que apreciar en todo momento el esfuerzo y las contribuciones que realicen los alumnos, ofreciéndoles una crítica constructiva que les recuerde que los errores no son sino parte del proceso (ver artículo).
    Han de comprender que un intento fallido les acerca un paso más a la solución (o soluciones) más adecuadas para cada circunstancia. Han de sentirse motivados para reflexionar e interpretar la información que les aporta cada uno de sus intentos. Este ejercicio de reflexión, análisis y autocrítica se convertirá en un nuevo peldaño para seguir avanzando en la construcción de su aprendizaje.
Sin duda, uno de los puntos fuertes de esta metodología del andamiaje es que, al partir y construirse sobre la experiencia generada a través los retos que se van realizando (independientemente de cuál sea su resultado), se consigue que el aprendizaje se integre dentro de un contexto, lo que, a su vez, lo convierte en significativo y hace que se multipliquen las posibilidades de su éxito.

Otra de las características más destacadas del andamiaje es la participación activa del alumnado en las tareas y, por ende, en el proyecto. Ya desde principios del siglo XX, John Dewey apostaba por la necesidad de experimentar e implicarse de manera activa en el aprendizaje para que este sea real y significativo. eTwinning recoge esta filosofía y busca que los proyectos inviten al alumnado a la participación.

En resumen,
 a través del andamiaje de un proyecto eTwinning
se busca
la interacción, colaboración, autoreflexión
y, sobre todo,
la participación activa del alumnado.
Además,
durante la realización del proyecto,
las actividades
han de secuenciarse de tal forma que
ofrezcan un espacio
para que los alumnos den rienda suelta a
su creatividad.